Lao Tse no solo escribió el Tao Te King. En el Hua Hu Ching recopiló una gran parte de sus enseñanzas orales.
"Hubo una vez un gran maestro de barba blanca que apareció en la frontera de China en su viaje hacia el oeste. De todas partes vinieron seguidores para sentarse a sus pies, pues él era un modelo de armonÃa universal. Su enseñanza era muy simple, pero muy profunda a la vez. No era ni religión ordinaria ni sabidurÃa mundana, sin embargo, revelaba la verdad sobre cada aspecto del universo. Todos sus amigos y seguidores vivÃan virtuosamente y realizaban cualquier trabajo que se les presentara con alegrÃa. MantenÃan un estilo de vida pacÃfico y correcto y disfrutaban de la abundancia de su ser. Después de concluir su trabajo diario, se aseaban cuidadosamente y se alimentaban de manera adecuada. Entonces se dirigÃan al jardÃn donde se encontraba el viejo maestro y esperaban su preciada instrucción."