-
¿de qué trata?
Cuando Lapinot se despierta en medio del bosque, no puede creer lo que ven sus ojos... un hombre grande, con trenzas, vestido a rayas azules y blancas y con un casco, le llama: “¡Asterix!”. Lapinot, incrédulo, ignora a este curioso personaje y continúa su camino. Pero un desafortunado encuentro con una patrulla romana y el empeño de Panorámix −que obviamente le hace beber la poción mágica− terminan convenciéndole: parece que, efectivamente, ha sido teletransportado al pueblo de los irreductibles galos. Y curiosamente, ¡incluso Tutatis anda por allí!
Autor: Lewis Trondheim.
Formato: cartoné.
Medidas: 22 x 28'7 cm.
Número de páginas: 48 a color.“Un formidable homenaje a Astérix, pero también una pertinente reflexión sobre la religión, la violencia y el poder: ¡El Lapinot de Trondheim sigue deslumbrándonos!”.
“Lewis Trondheim no tiene miedo a nada, y en ¡Por Tutatis! consigue realizar una parodia eficaz y respetuosa de Astérix conservando al mismo tiempo los fundamentos de su personaje, Lapinot”.
“Trondheim abre una puerta a algo más. Cuestiona la estructura misma de Astérix, la expone y revela brillantemente el esqueleto de la obra de Goscinny”.
¿de qué trata?
Cuando Lapinot se despierta en medio del bosque, no puede creer lo que ven sus ojos... un hombre grande, con trenzas, vestido a rayas azules y blancas y con un casco, le llama: “¡Asterix!”. Lapinot, incrédulo, ignora a este curioso personaje y continúa su camino. Pero un desafortunado encuentro con una patrulla romana y el empeño de Panorámix −que obviamente le hace beber la poción mágica− terminan convenciéndole: parece que, efectivamente, ha sido teletransportado al pueblo de los irreductibles galos. Y curiosamente, ¡incluso Tutatis anda por allí!
Autor: Lewis Trondheim.
Formato: cartoné.
Medidas: 22 x 28'7 cm.
Número de páginas: 48 a color.
“Un formidable homenaje a Astérix, pero también una pertinente reflexión sobre la religión, la violencia y el poder: ¡El Lapinot de Trondheim sigue deslumbrándonos!”.
“Lewis Trondheim no tiene miedo a nada, y en ¡Por Tutatis! consigue realizar una parodia eficaz y respetuosa de Astérix conservando al mismo tiempo los fundamentos de su personaje, Lapinot”.
“Trondheim abre una puerta a algo más. Cuestiona la estructura misma de Astérix, la expone y revela brillantemente el esqueleto de la obra de Goscinny”.